EPISODIO 05
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CRÉDITOS DE ESTE EPISODIO
Anfitriones:
- Paola García
- Julio Zavala
- Julio Zavala
- Alejandro Félix
- Julio Zavala
Guion:
- Julio Zavala
Arte:
- Miguel Alcalá
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TRANSCRIPCIÓN
Paola García (Introducción): Muchas veces la responsabilidad social se asocia exclusivamente con grandes empresas, corporaciones internacionales o programas de gobierno, pero en realidad comienza desde nuestras pequeñas y medianas empresas.
En este episodio conversaremos cómo, más allá de generar empleo y utilidades, los empresarios de a pie tienen la oportunidad de construir un entorno de trabajo donde el bienestar y el impacto social sean pilares fundamentales para transformar sus negocios con un enfoque más humano y sostenible.
¡Comenzamos!
[Música]
Paola García: Hola, ¿qué tal? Bienvenidos a Empresarios de a Pie, el podcast donde conversaremos sobre cómo hacer más fácil el camino de ser emprendedor, y lo que lleva al empresario a conocer temas legales, fiscales, contables, recursos humanos, ventas, marketing, sistemas, entre muchos otros temas más.
Así que quédate con nosotros. Yo soy Paola García y me acompaña, como siempre —muchísimo gusto que me da que esté con nosotros— Julio Zavala, para conversar sobre temas de negocios y algunas experiencias que te servirán como herramienta para poderlas aplicar en tu empresa.
Julio Zavala: Hola, Paola. Hola a todos los que nos escuchan. Soy Julio Zavala, y estamos muy contentos de hablar de un tema muy trascendente para cualquier empresa: la responsabilidad social.
Muchas veces pensamos que esto solo aplica a grandes empresas, a corporaciones internacionales, pero la verdad es que cualquier negocio, sin importar su tamaño, puede generar un impacto positivo en su equipo de colaboradores, en sus familias, y, por lo tanto, en nuestra comunidad.
Porque, al final del día, más allá de las utilidades, una empresa no es solo un negocio. También es una comunidad de personas que trabajan en conjunto y pueden generar un impacto positivo en nuestra sociedad.
Paola García: Claro, y bueno, es un tema bastante importante e interesante para todos. Y es justo ahí donde quiero comenzar, Julio, con una pregunta muy importante: ¿qué es exactamente la responsabilidad social en una empresa?
Julio Zavala: Mira, la responsabilidad social en el ámbito empresarial tiene muchas definiciones, según el enfoque de quien lo defina. Pero considero que hay varias definiciones que coinciden en algunos puntos particulares, como el hecho de que es una contribución activa y voluntaria.
Eso significa que es un compromiso personal hacia fuera, para el mejoramiento social y económico por parte de las empresas. Además del aspecto ambiental, es asumir también el compromiso integral con el desarrollo dentro de las empresas, para un bien común basado en principios éticos y en la dignificación del trabajo humano.
Paola García: Ok, esto es muy interesante, lo que estás comentando. Y bueno, en particular el concepto de bien común, que —como se entiende— es un concepto que va más allá de las ganancias económicas, porque implica trabajar juntos para un propósito que beneficie a todos, no solo a los accionistas o propietarios de las empresas.
Creo que uno de los mayores retos de las pequeñas y medianas empresas es entender que, incluso con recursos limitados, pueden ser responsables y contribuir al bienestar de su entorno.
Pero bueno, aquí me surge otra pregunta: ¿por qué una empresa, por voluntad propia, debería asumir esa responsabilidad social, especialmente en términos del bien común?
Julio Zavala: Mira, Paola, esa es una excelente pregunta. Creo que es la pregunta del millón, porque muchas veces se tiene la idea de que la responsabilidad social es un gasto o una carga adicional para la empresa, o que es algo que alguien más tiene que hacer, como el gobierno.
Pero en realidad, es una inversión para su propio crecimiento y estabilidad.
Cuando una empresa asume voluntariamente la responsabilidad social, genera un ambiente de trabajo más saludable, con empleados más comprometidos y, por lo tanto, motivados.
Además, el bien común no solo beneficia a la comunidad o al entorno en el que opera la empresa, sino que también fortalece su reputación, mejora la lealtad con los clientes, y esto se traduce en mejores resultados, tanto financieros como humanos.
No se trata de hacer donaciones o campañas, sino de construir una empresa con propósito, donde todos se sientan parte de algo más grande que ellos mismos, que es a través del negocio.
Por otro lado, ¿no sé si has escuchado el concepto de hipoteca social?
Paola García: No exactamente, pero puedo imaginarme que se refiere a algún tipo de deuda con la sociedad, pues va más allá de sus operaciones comerciales. Es decir, que toda empresa, al desarrollarse y crecer, adquiere también un compromiso implícito con su entorno y con las personas que lo conforman.
Julio Zavala: Sí, justamente va por ahí. El tema se refiere a una metáfora según la cual, nosotros como individuos, al haber tenido acceso a recursos públicos —por ejemplo, a una universidad pública, educación superior, becas, temas de salud o incluso servicios financiados por el Estado— adquirimos de alguna manera simbólica una deuda, o justamente un compromiso con la sociedad.
Y en ese sentido, la hipoteca social representa una deuda ética, que no solo se trata de una obligación financiera, sino de un compromiso moral para devolverle a la sociedad aquello que hemos recibido.
Por lo tanto, se espera que, al haber sido beneficiados con recursos que tienen un origen colectivo —como es el gasto público…
Paola García: Claro…
Julio Zavala: …pues entonces los individuos nos involucremos en acciones que favorezcan el desarrollo social, económico y cultural de la comunidad, y por tanto, desarrollar nuevamente el bien común para las empresas o personas que vienen detrás de nosotros.
Paola García: Wow, qué interesante está esto, Julio. Y bueno, entonces, si lo vemos desde esa perspectiva, la responsabilidad social deja de ser algo exclusivo de las grandes corporaciones, y esto lo convierte en un compromiso moral que todos, como individuos y como empresarios, debemos asumir.
Si aplicamos el concepto de hipoteca social a una empresa, podemos decir que, al crecer y prosperar —gracias al entorno que facilita su operación o al apoyo de la comunidad en la que se desarrolla— también se adquiere una especie de compromiso con este mismo entorno.
Y volviendo a la pregunta que te hice anteriormente, esto explica el por qué una empresa debería asumir voluntariamente su responsabilidad social. No solo porque es correcto, sino porque también es una forma de equilibrar esa deuda con la sociedad y de poder contribuir activamente al bien común.
O sea, que a fin de cuentas, una empresa que se preocupa por su comunidad y por su gente genera un círculo virtuoso que la fortalece a largo plazo.
Julio Zavala: Sí, totalmente de acuerdo, Paola.
Paola García: Bueno, y ahora, Julio, me surge también otra duda: ¿cómo un empresario de a pie puede implementar en su empresa estos principios o la responsabilidad social?
Julio Zavala: Mira, esta es una excelente pregunta.
Y te voy a poner ahorita un caso que, de muy buena fuente, supe —un colaborador de una empresa me lo platicó—, un empresario de a pie. Porque también hay malas interpretaciones a la hora de implementar, sí. Podemos pensar que ahora tenemos que hacer la "empresa buena onda", que tenemos que hacer donaciones, apoyar causas externas como plantar arbolitos o incluso darle el día libre a los colaboradores… y no necesariamente.
No solo se trata de eso. Se trata de ser una empresa altamente productiva, que genere valor para sus dueños, sus socios, los colaboradores mismos; que se exija, pero que también se retribuya. Que sea plenamente humana, donde se cuide la dignidad de la persona, y que sea socialmente responsable, donde la empresa esté activamente en la mejora y el cuidado de nuestra casa común.
Y aquí te platico un ejemplo de una empresa que intentó implementar esta acción.
Ellos, por ejemplo, querían implementar horarios flexibles, justamente para tener una práctica un poquito más social enfocada en el colaborador.
Ellos decidieron simplemente decir: “¿Sabes qué? Ahora todos tenemos horario flexible. Vamos a poder entrar a la hora que queramos, puedes faltar el día que quieras, porque nos vamos a enfocar únicamente a resultados.”
¿Qué fue lo que pasó? Fracaso total. Todo el mundo llegó a la hora que quería, los resultados no fueron como ellos esperaban, y la gente empezó a tener faltas… injustificadas. Y el resultado en productividad se vino totalmente abajo.
¿Qué fue lo que pasó acá?
Después de ese aprendizaje, ellos entendieron que estos programas no deben implementarse desde el principio para toda la empresa.
Tenemos que elegir primeramente un grupo de personas de la organización. Imagínate que la empresa somos unas 20 personas… entonces hay que empezarlo con un grupo pequeño, como una prueba piloto.
Y aprender justamente de las iteraciones que vamos teniendo con esa prueba, irlo ajustando, definiendo definitivamente KPIs, indicadores, e indicadores de productividad que nos digan si va bien el tema.
Y una vez que está afinado, entonces vamos haciendo extensivo a más partes de la organización, de tal manera que, al final de un periodo de tiempo, esta implementación de prácticas sociales sea general a toda la empresa.
Porque, de lo contrario, si lo implementamos desde el comienzo...
Paola García: Claro.
Julio Zavala: Fue un fracaso total.
Paola García: Sí, totalmente.
Julio Zavala: Eso, obviamente, nos dice que tenemos que generar un ambiente donde el colaborador se sienta valorado, se sienta motivado, y donde —como ya mencionamos— se establezcan métricas claras de desempeño y reglas de acción para todos, o reglas operativas para todos.
También se tienen que promover condiciones laborales justas, ofrecer oportunidades de desarrollo profesional y fomentar un ambiente de respeto y de equidad.
Adicionalmente, tenemos que implementar acciones dirigidas a nuestro entorno. Por ejemplo, hay empresas que pueden tener más impacto ambiental, más impacto con nuestro medio ambiente, entonces tenemos que cuidar justamente cómo nuestras acciones van en perjuicio del medio ambiente.
Justamente podemos apoyar a nuestra comunidad local con programas de voluntariado y colaborar con empresas, organizaciones e iniciativas sociales.
Y ya, finalmente, un punto clave de todo esto es la transparencia y la ética empresarial.
Una empresa socialmente responsable no solo busca maximizar sus beneficios, sino también actuar con integridad con sus stakeholders: básicamente, con colaboradores, clientes, proveedores... para tener relaciones más sólidas.
Paola García: Me encanta cómo lo planteas, Julio.
Bueno, creo también que el mensaje clave aquí es que la responsabilidad social no es un tema exclusivo de grandes empresas con grandes presupuestos, sino que cualquier negocio, sin importar su tamaño, puede contribuir al bienestar de su equipo y también de su comunidad, con acciones concretas y alcanzables.
Es que, a veces, como empresarios, creemos que estas iniciativas requieren recursos adicionales que quizás no tenemos, pero que en realidad —como tú ya lo mencionaste— la base está en la cultura de la empresa: crear un ambiente de trabajo justo, motivador y con valores sólidos, ya que en sí, eso ya es una forma de responsabilidad social.
Y bueno, si damos un paso más allá, involucrándonos también en nuestra comunidad, asegurándonos de operar con transparencia y de fomentar prácticas sostenibles, no solo estamos haciendo lo correcto, sino que también estamos contribuyendo a una empresa con propósito, y haciéndola también más fuerte y resiliente.
No sé si tengas algún comentario adicional, Julio, sobre este tema antes de cerrar nuestra charla.
Julio Zavala: Sí, Paola. Me gustaría reforzar la idea de que la responsabilidad social no es un gasto, es una inversión para el futuro de la empresa. Y el impacto positivo que podemos generar alrededor de esta también es una oportunidad para construir empresas más humanas, más sostenibles y más conectadas con nuestro entorno —que, dicho sea de paso, está cada vez más deteriorado—.
Entonces, cada pequeña acción cuenta.
No necesitamos grandes inversiones ni estructuras complejas para comenzar. Basta con preguntarnos: ¿cómo podemos generar un impacto positivo desde nuestra cancha?
Ya sea mejorando las condiciones laborales de nuestros colaboradores, adoptando prácticas más sostenibles o incluso involucrándonos en nuestra comunidad.
Porque, al final del día, cada paso que damos en esa dirección hará la diferencia.
Y lo más importante es que nosotros, como empresarios de a pie, tengamos un propósito que no solo ayude a construir mejores negocios, sino también una mejor sociedad.
Paola García: Bueno, totalmente de acuerdo contigo, Julio.
Creo que en este episodio nos has dejado muy claro que la responsabilidad social es más que un concepto bonito: es una estrategia real que fortalece a las empresas y que va generando un impacto positivo en la sociedad.
Y bueno, ha sido un placer el haber compartido con todos ustedes este espacio.
Esperamos que te haya gustado mucho este episodio y que lo hayas disfrutado tanto como nosotros lo hacemos al realizarlo para ti.
Gracias por acompañarnos y escucharnos. Mi nombre es Paola García.
Julio Zavala: Gracias, Paola. Y gracias a ti que nos escuchas por haber llegado al final.
Nos encantaría saber tu opinión, así que déjanos tus preguntas, comentarios o sugerencias en nuestro correo electrónico: podcast@zavalaaguilar.mx.
Y para aquellos que nos ven en YouTube: si te gustó este episodio, suscríbete, activa la campanita, da clic en "me gusta" y compártelo con tus amigos.
Soy Julio Zavala, y esto fue Empresarios de a Pie. ¡Hasta la próxima!
[Música]
Paola García: Empresarios de a Pie, una producción de Zavala Aguilar.